Me llamo Alba y nací con el don de la videncia. A consecuencia de ello tengo la capacidad de describir físicamente a personas, rasgos característicos si los tiene o pensamientos, actitudes, intenciones…
Cuando era niña  tuve una visión de mi madre cayendo por unas escaleras. Vi como perdería a mi hermana, la niña que gestaba. No daba crédito de aquello, pero sentía la imperiosa necesidad de compartirlo con ella. Por las cosas de la edad no me creyó, al igual que el resto de mi familia. Pero poco tiempo después aquello aconteció. Cayó por unas escaleras en una casa de la familia donde pasaba las vacaciones. Tras el golpe fue ingresada de urgencias, donde le practicaron varias exploraciones debido a su embarazo. La mala noticia fue que por el golpe perdió a la niña. Aquello hizo recordar a mi madre lo que tiempo atrás compartí con ella y desde entonces todo en mi vida cambió.
Empecé a ver cosas en mi interior que no entendía, pues era muy pequeña y tan sólo tenía 3 años. A medida que fui creciendo aquello se convertiría en algo natural y especial para mi porque podía vaticinar cosas que pasarían a mi alrededor y de las que nadie más se podía percatar. Recuerdo que una vez descubrí que dos de mis profesores mantenían una relación en secreto. Yo era muy niña, sólo tenía 6 años para entender la envergadura de lo que aquello significaba, pero una imprudencia por mi parte hizo que aquello se hiciera público. La reacción de los profesores fue descomunal, pues aquello no lo sabía absolutamente nadie excepto ellos y yo.
Siendo adolescente tuve la visión generalizada de la que es mi vida a día de hoy; dónde y con quién vivo o las amistades con quienes disfruto el día a día.
Desde entonces y hasta la actualidad mi vida se caracteriza por la sencillez, la humildad y el respeto hacia los demás. Intento ayudar a quienes me necesitan y procuro llevar una vida sana y equilibrada comiendo lo que me da la naturaleza y alimentándome de buenas vibraciones.
La videncia y otras disciplinas que he aprendido con el paso de los años se han convertido en los ingredientes esenciales en mi día a día y puedo decir, sin esconderme y sin miedo al qué dirán, que es a lo que me dedico en la actualidad.